Todo lo que necesitas saber para que sepas todo lo que conlleva el uso de vídeo de stock y puedas valorar si puede ser un recurso más en tu estrategia de vídeo marketing.
Aaah… el vídeo de stock. Lo que un día fue una solución casi de emergencia para cubrir necesidades concretas de una producción audiovisual, ha ganado un peso que poca gente (yo incluido) llegó a predecir en su día. Con la llegada del Covid-19, llegó la cancelación de eventos y rodajes, por lo que hemos visto decenas de vídeos de marcas y compañías realizados tan sólo a través de imágenes de biblioteca.
En este post vamos a explicar qué es el vídeo de stock, cómo funciona y sus ventajas y desventajas. En definitiva, todo lo que necesitas para saber todo lo que conlleva y puedas valorar si puede ser un recurso más en tu estrategia de vídeo marketing. Allá vamos.
El vídeo de stock es vídeo creado por videógrafos, a menudo profesionales aunque no siempre. Son planos individuales, normalmente de corta duración, con la intención de venderlos a través de plataformas como Shutterstock a producciones audiovisuales de todo tipo. Estos clips cortos de vídeo tratan de representar algún concepto tangible o intangible, vago o increíblemente concreto. Puedes encontrar desde vídeos de “tristeza” o “amor”, hasta vídeos de “jubilado lijando tablón de madera con su nieto” (con un poco de suerte).
El trato es el siguiente: Tú pagas una cantidad que se reparte entre el autor del vídeo y la plataforma distribuidora y a cambio te llevas un plano que, por el motivo que sea, no te conviene grabar tú mismo. Dependiendo de la plataforma escogida, tendrás unos derechos y unas obligaciones diferentes. Hay plataformas gratuitas, las hay que no permiten la distribución de las imágenes en cine o televisión, otras que te obligan a mencionar el autor... Existen un sinfín de cláusulas y puntos en las licencias que deben ser revisados para asegurarse de que encajan con lo que se necesita y que no incurrimos en una ilegalidad que nos cueste caro más adelante.
Estas plataformas, sobre todo las más reconocidas, no permiten a cualquiera subir sus vídeos. Antes de colaborar con ellas, el autor debe superar la evaluación de la propia plataforma, y cada uno de los clips aportados es revisado con lupa por el personal de la misma. Los que no cumplen con los mínimos requisitos de calidad de la plataforma son descartados.
A veces, mientras edito me doy cuenta de que vendría bien un plano concreto para dinamizar el montaje o ilustrar un concepto específico. Sin embargo, ya ha terminado el rodaje y no tengo ese plano que necesito entre los archivos que grabamos. Usar vídeo de stock puede ser la respuesta, permitiéndome encontrar exactamente el plano que necesito y que me resulta imposible conseguir por mi cuenta.
Construimos marcas con una idea y un público objetivo en mente, y para alcanzar ese ideal nos posicionamos, también visualmente. El problema es que los vídeos de stock, con el objetivo de atraer a la mayor cantidad de personas posible, tienden a tener un look bastante genérico. Esto puede ir contra los intereses de la marca, especialmente si tiene una estética muy marcada. Dicho de otra manera, a veces el vídeo de stock parece demasiado… vídeo de stock.
Hay muchos videógrafos profesionales que reciben gran parte de sus ingresos a través de vender vídeo de stock. Conocen el oficio, tienen el mejor equipo posible y buscan hacerlo lo mejor que saben. Además, las plataformas de pago son las primeras interesadas en mantener un alto estándar de calidad, y descartan aquellos clips que no cumplen con lo exigido. A menudo hay incluso la posibilidad de escoger entre planos en Full HD, 4K, 8K, formato RAW… Es cierto que, por lo general, cuanto mejor es el plano o la plataforma donde lo compras, mayor es el precio que acabas pagando (como es justo que sea).
Los creadores de estas imágenes buscan cubrir aquellas imágenes con mayor demanda así que, si tu guión requiere un plano súper específico, probablemente no lo encontrarás. Se da la siguiente paradoja: Cuanto más difícil es rodar un plano por uno mismo, menos posibilidades hay de encontrarlo en una biblioteca de vídeo. ¿Quieres un paisaje del mar al atardecer? Encontrarás miles de planos. ¿Quieres un plano de un modelo profesional conduciendo un deportivo en una gran ciudad? Empiezan los problemas. ¿Necesitas la imagen de un suricato viajando en patinete eléctrico? Buena suerte.
Rodar es complejo. Requiere personal, equipos, desplazamientos, coordinar personal, permisos… Según el tipo de imágenes que necesites, puede resultar más barato tirar de stock. Analiza las necesidades de tu producción y actúa en consecuencia. Seguro que te resultará más barato licenciar un plano o dos de Bruselas que movilizar un equipo de rodaje hasta ahí para sacar un par de imágenes.
El vídeo de stock es una excelente herramienta que cada vez goza de mejor reputación entre marketers, amateurs e incluso profesionales del sector audiovisual como nosotros, pero hay que saber usarla correctamente. Si queréis un montaje dinámico y ágil, donde pasen muchas cosas en poco tiempo, hay bastantes probabilidades de que el precio se dispare mucho utilizando vídeo de stock. Esto es especialmente cierto en aquellas plataformas más caras y con mejor contenido. Piensa en un vídeo de un minuto que cambie de plano cada dos segundos: son 30 planos, así que haz la cuenta. Muy probablemente será mejor contratar a una productora para rodar las imágenes específicamente para el proyecto.
Es mucho más rápido ir a tu plataforma de confianza, seleccionar cuidadosamente lo que necesitas, añadirlo al carrito y descargarlo que todo lo que implica un rodaje. Es algo a tener muy en cuenta si tenéis un deadline muy ajustado.
Sin duda, el que es desde mi punto de vista el mayor inconveniente del vídeo de stock. Cualquier marca, cualquier empresa, puede pagar, descargar y usar los mismos clips que estáis usando vosotros. Lamentablemente, no hay ninguna manera de saber qué planos se han usado en qué proyectos, así que siempre corres el riesgo de ver ese plano de unos oficinistas dándose un apretón de manos en otro proyecto. Como te puedes imaginar, si decides usar vídeo de stock gratuito, las probabilidades de que esto ocurra aumentan exponencialmente.
Ya tienes toda la información para poder valorar si usar vídeo de stock es una buena opción para ese proyecto que tienes en mente. Considera el guión y sus necesidades, el tiempo que dispones para llevarlo a cabo y el presupuesto asignado. Para terminar, os dejamos uno de los vídeos que hemos hecho usando vídeo de stock para uno de nuestros clientes. Espero que os sirva de inspiración.
Francesc Adan
Realizador y productor audiovisual, ha desarrollado casi toda su carrera en el ámbito del vídeo marketing y el contenido de marca para diferentes agencias y empresas.
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